Diócesis de Socorro y San Gil

 En este mes de noviembre, la Diócesis de Socorro y San Gil vive una celebración llena de esperanza y gratitud. Tres hermanos nuestros serán ordenados diáconos el próximo 28 de noviembre. Este es un momento decisivo no solo para ellos, sino para toda nuestra comunidad eclesial, pues nos recuerda que el Espíritu Santo sigue llamando hombres generosos al servicio de la Iglesia.

Diáconos: Testigos de la Caridad y el Servicio

El diaconado es una vocación a la caridad hecha visible. Su nombre mismo viene del griego "diákonos", que significa servidor. En la Iglesia primitiva, los diáconos fueron los primeros encargados de repartir los bienes entre las viudas, los huérfanos y los pobres. No era un cargo honorífico, sino una responsabilidad de amor concreto.

Con la ordenación diaconal, la persona queda consagrada para vivir esta misma misión: ser la Iglesia en su rostro más cercano, más compasivo, más encarnado. El diácono es el puente entre el altar y la calle, entre lo sagrado y la realidad cotidiana del pueblo. Por eso preside el servicio de la caridad, administra los bienes de la comunidad, atiende a los enfermos, acompaña a los necesitados.

Cuando el obispo impone las manos sobre estos candidatos, sucede algo profundo: sus vidas quedan marcadas sacramentalmente por la cruz del servicio. No es un paso hacia otra cosa; es una vocación completa en sí misma. El diácono se convierte en sacramento vivo de la caridad de Cristo, en signo de que la Iglesia existe para servir, no para ser servida.

En una sociedad obsesionada con el poder, la riqueza y el reconocimiento, la ordenación de diáconos es un acto profético. Estos hombres escogen vestirse de servicio, comprometerse con los pobres, hacer visible que en el reino de Dios el primero es el último. Su existencia predica un Evangelio que el mundo necesita urgentemente escuchar.

Una Gracia para Toda la Comunidad

La ordenación de nuevos diáconos no es un evento privado. Es una gracia para toda la diócesis. Cuando Dios llama vocaciones, nos está diciendo que todavía cree en nosotros, que no nos ha abandonado, que el Espíritu Santo sigue actuando en nuestras tierras de Socorro y San Gil.

Estos tres hermanos son regalo de Dios a nuestra comunidad. Su entrega testimonia que es posible vivir con radicalidad evangélica en el siglo XXI. Su "sí" generoso nos interpela a todos: ¿Cuál es nuestro "sí" a Dios? ¿Cómo respondemos nosotros al llamado a la santidad?

Además, la ordenación de diáconos recuerda a toda la Iglesia que la caridad no es opcional. No es un programa más entre otros. Es el corazón mismo de la fe cristiana. Cuando vemos a un diácono servir en la liturgia, visitando enfermos, acompañando afligidos, nos estamos viendo a nosotros mismos: porque todos somos llamados a ser servidores, todos somos diáconos en sentido profundo.

Los invitamos a acompañar esta celebración con oración y alegría.

Andrés Fernando nació en Mogotes el 22 de diciembre de 1998, en el hogar de Rafael Suárez Pinto y María Isabel Figueroa Gualdrón. Es el tercero de cuatro hermanos. Realizó sus primeros estudios en el Instituto Técnico Isaías Ardila Díaz de su municipio, y completó su formación en el Instituto Suramericano Simón Bolívar.

Andrés Fernando ingresó al Seminario el 1 de febrero de 2017, iniciando así su camino de preparación. Durante su año de pastoral, sirvió en el primer semestre en la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Cincelada. En el segundo semestre, continuó su formación pastoral en la Parroquia Santa Bárbara del Socorro.

Andrés Paulino nació el 12 de agosto de 2000. Recibió los sacramentos de la iniciación cristiana en la Parroquia San José de Galán. Hijo de Juan Pablo Granados Ardilla y Nancy Sarmiento Céspedes, junto con su hermana Adriana Carolina, fue formado en una familia que lo enraizó en los valores del Evangelio.

Después de completar su educación técnica en el Colegio Integrado Alfonso Gómez Gómez, Andrés Paulino respondió a la llamada de Dios y entró al Seminario Conciliar San Carlos Borromeo el 28 de enero de 2018. Recibió el Rito de Admisión y el Ministerio de Lectorado el 17 de noviembre de 2022. Durante el año 2023, realizó su año de pastoral en la Parroquia Santa Bárbara de Socorro y en la Pastoral Juvenil y Vocacional, recibió el Ministerio del Acolitado el 5 de noviembre de 2024.

Hermes Augusto nació el 3 de junio de 1999 en Bucaramanga, bautizado en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima el 13 de junio de ese mismo año. Hijo de José Hermes Pinzón Cárdenas y Yaneth Hernández Rueda, sus hermanos Iván René y Yaneth Juliana. En la Basílica Nuestra Señora del Socorro realizó su Primera Comunión y Confirmación. 

Tras completar su formación técnica en el Instituto Técnico Industrial del Socorro, Hermes Augusto ingresó al Seminario el 1 de febrero de 2017. Recibió el Rito de Admisión y el Ministerio de Lectorado en noviembre de 2021. Su año de pastoral en 2022 lo llevó a servir en las Parroquias San Isidro Labrador de Sucre y Nuestra Señora de las Nieves de Aratoca. El 29 de noviembre de 2023, recibió el Ministerio del Acolitado.